La resistencia a los antibióticos supone un problema
de salud pública, pero cada vez más estudios señalan a los tratamientos
experimentales con bacteriófagos -un tipo de virus- como una posible
solución. Ahora, una de estas terapias se ha mostrado eficaz por primera vez en
una infección por M. chelonae.
La descripción de este caso clínico de un hombre de 56
años que acudió a un hospital de Boston (EE.UU.) en enero de 2020 se publica en
la revista Nature Communications: la terapia con bacteriófagos,
junto con antibióticos y cirugía, se mostró eficaz en el paciente
inmunodeprimido con una infección por Mycobacterium chelonae multirresistente.
Los resultados sugieren que los bacteriófagos podrían
ser una opción terapéutica "prometedora" para las
infecciones multirresistentes a los antibióticos, que constituyen una amenaza
creciente para la salud pública, ya que las opciones de tratamiento son
limitadas.
Un enfoque alternativo -terapia fágica- es el uso de bacteriófagos,
un tipo de virus que infecta y mata a las bacterias. Llamados de manera abreviada "fagos", estos fueron descubiertos hace algo más de un siglo.Aunque los bacteriófagos son capaces de infectar y
matar a los huéspedes bacterianos, su uso clínico actual es aún
limitado debido a las complejas interacciones con el sistema
inmunitario humano.
La terapia con bacteriófagos había demostrado
anteriormente que puede tratar con éxito la infección por Mycobacterium
abscessus (ampliamente conocida por su amplia resistencia a los
antimicrobianos), pero no la infección por M. chelonae.
Este último patógeno se asocia habitualmente a
infecciones de la piel y los tejidos blandos -sobre todo en personas
con sistemas inmunitarios débiles- y, aunque no es demasiado frecuente, su
tratamiento es difícil por la amplia resistencia a los antimicrobianos.
La investigadora Jessica Little y su equipo informan
en este trabajo del tratamiento de un paciente inmunodeprimido con artritis
seronegativa e infección por M. chelonae con un único
bacteriófago (Muddy), junto con antibióticos y cirugía.
"Hasta donde sabemos, este es el primer caso de
infección por M. chelonae tratado con terapia
bacteriófaga", señalan los autores.
El paciente presentó "una excelente
respuesta clínica", con sus lesiones cutáneas mostrando una
disminución de la inflamación y de la nodularidad en los meses siguientes al
tratamiento, y no manifestó efectos secundarios adversos a la
terapia con bacteriófagos.
Pese a los buenos resultados, los autores indican que
es necesario seguir investigando para mejorar la comprensión de las respuestas
inmunitarias humanas y la seguridad de la terapia con fagos (sobre todo
teniendo en cuenta la carga clínica de las infecciones en individuos
inmunocomprometidos), así como la resistencia de las micobacterias a los
fármacos.
En su cuenta de Twitter, la investigadora Jessica Little,
del Hospital Brigham de Mujeres de Boston, se declara "muy
emocionada" de compartir esta experiencia clínica usando bacteriófagos.
"Con la creciente amenaza de la resistencia a los
antimicrobianos, la terapia con fagos representa una plataforma
terapéutica prometedora".
Pero, advierte, se necesitan más estudios para
responder a preguntas, por ejemplo, sobre la dosis óptima y para comprender
mejor el impacto en el sistema inmunitario de este tratamiento.
(Fuente: www.elmundo.es)
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